El otoño en nuestro colegio es bastante amigable.
En las esquinas del patio siempre estarán las telarañas que, en vez de haber cazado moscas o cualquier otro tipo de insectos, han atrapado estropeadas y marchitadas hojas caídas de los enormes árboles.
Grandes alfombras de hojas secas se acumulan en el suelo formando una pasarela de hojas, que más tarde serán barridas por el viento.
Halloween llena el patio de pequeños demonios, esqueletos y brujitas que juegan a coger hojas recién caídas de los árboles.
Hay charcos por todos sitios, igual que hojas, el cielo está gris, y de vez en cuando cae un chaparrón. Los rayos de sol casi han desaparecido, y oscurece más temprano.
El frío es insoportable. Los edificios grises son como el cielo y eso hace que el paisaje se entristezca.
El otoño en mi colegio es la esperanza de que algún día pueda nevar en invierno.
¡Que alegría volver a leerte!
ResponderEliminarTe echábamos de menos
Un saludo
Doña Díriga